viernes, 28 de septiembre de 2012

Libros abandonados

No me refiero con el título el post al abandono físico de los libros en viejas estanterías, en los sótanos de las casas, apilados en cajas de cartón que enmohecen, bajo telarañas que espesan con el paso de los años. Me refiero a la difícil decisión de dejar un libro a medias. No suelo hacerlo, pero confieso que este último año la lista de libros cerrados bastante antes de llegar al punto final asciende a tres unidades, tres tomos que pasaron por mi vida con más pena que gloria.





No es algo que haga a la ligera. No recuerdo quien afirmó que no hay libro tan malo que no contenga algo bueno, y no seré yo quien lo niegue. De hecho, por ese motivo, antes de dar el portazo final, me esfuerzo varias decenas de páginas hasta que la desidia, el aburrimiento, la falta de interés y a veces incluso la indignación, pueden conmigo.

Más difícil es aún confesar que dejé un libro a medias cuando se trata de la obra de un premio Nobel. Sí, claudiqué con "Luz de agosto", de William Faulkner. No puedo alegar que esté mal escrito, sería un sacrilegio decirlo del laureado escritor, ni que resultase difícil su lectura – requería mayor atención "El ruido y la furia" y ahí, sin embargo, la técnica del persperctivismo me mantuvo alerta y despertó mi curiosidad durante toda la obra. "Luz de agosto" me resultó tediosa, lentísima, aburridísima hasta el extremo, tanto, que hacia mitad de la novela fui yo la que puso el punto y final.


La siguiente en discordia fue "Cuatro hermanas", publicado por "Libros de Asteroide". Hasta ese momento, todos los libros de esta editorial me habían resultado, cuanto menos, bastante entretenidos. Sin embargo, "Cuatro hermanas" me pareció a la literatura lo que una película de sobremesa a la cinematografía. Mientras la leía, rememoraba "Mujercitas", la novela que trascendió a su época quizás en gran medida por el carácter irreverente y desbocado de Jo, y cuanto más evocaba la historia de aquellas mujercitas que despertaban ternura y sonrisas, "Cuatro hermanas" sólo conseguía arrancarme algún bostezo y bastante cólera según iba siendo consciente de la pérdida de tiempo que consistía la lectura que esa novela insustancial y previsible.


Cierra la lista de libros inacabados "El jardín olvidado", de la autora de best sellers (si alguien me explique cómo un libro así llega a convertirse en un top de ventas, se lo agradeceré) Kate Morton. Dos páginas, sólo dos páginas, y ya sabía que lo que tenía entre mis manos era un bodrio. Narrada en distintos planos temporales, una nieta investiga los orígenes de su abuela. "El jardín olvidado" es una historia que en ningún punto ha conseguido atraparme y después de cerca de doscientas páginas, he tenido que abandonar por mi propia salud mental.



Compré "Luz de agosto" siguiendo la recomendación de un vendedor de La Casa del Libro. También "Cuatro hermanas" me la aconsejó una desconocida: en este caso, una empleada de la editorial Libros de Asteroide en la Feria del Libro de Madrid. "El jardín olvidado" fue un regalo de mis amigas, que por cierto agradecí inmensamente. Pero si saco una moraleja de todo esto, es que en temas de lecturas, más vale equivocarnos por nosotros mismos.

1 comentario:

  1. A mi me pasa con los Pilares de la Tierra, es buenisimo, pero por unas cosas u otras nunca paso de la mitad del libro!
    1 beso!!

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