martes, 29 de enero de 2013

El guardián entre el centeno

El guardián entre el centeno
Título original: The catcher in the rye
Autor: JD Salinger
EEUU, 1951

Sigo buscando un libro-tatuaje y sigo sin encontrarlo.

Hace años leí "El guardián entre el centeno" y hace un par de semanas una amiga me preguntó si lo había leído. "Lo he leído, respondí, y no sabría decirte una palabra sobre él". Sé que lo he leído porque desde que recuerdo, apunto en una libreta el título y autor de cada uno de los libros que termino, también la fecha en que lo hago, y sé que cuando repaso mi libreta me topo con ese título y no consigo recordar si me gustó.
 
 
 
Sé que cuando lo leí tenía menos de veinte y más de quince años. Era la edad perfecta para "El guardián" (ahora que nos conocemos, me permito la familiaridad de quitarle el apellido) Y sin embargo aquí estoy, al menos dos lustros después, intentando comprender por qué en aquel momento "El guardián" no produjo en mí el efecto esperado y hoy, después de releerlo, me cuesta aún encontrar la razón. ¿Será la novela? ¿O seré, quizás deba asumirlo, yo? Ya lo anuncié en el post anterior: me temo que sufro una pérdida de sensibilidad progresiva.
 
Es curioso que ni entonces ni ahora me identifique con Holden Caulfield porque, que tire la primera piedra quien no haya tenido una adolescencia rebelde. A todos, como a Holden, la sociedad en que vivimos nos ha provocado nauseas, y si no, abran el periódico y lean, lean sobre corrupción, que las arcadas no tardarán en llegar.
 
¿Qué adolescente no ha sufrido la soledad que padece Holden en Nueva York, la ciudad del mundo donde esta parece una quimera? ¿Quién no ha sentido asco ante el cinismo de la gente? ¿Quién no ha cultivado la intolerancia en algún momento de su vida? La adolescencia, esa época de hormonas revolucionadas y ancé incontrolable nos hermana, como la muerte, a todo ser humano. Y sin embargo... sin embargo sigo sin sentirme una "guardiana"
 
 
 "El guardián", más de medio siglo después de su publicación, mantiene la vigencia en su planteamiento y en los temas que aborda: adolescencia, sexo, drogas, familia. No cuesta imaginar el efecto que provocaría su publicación allá por mitad del siglo XX: madres de familia escandalizadas, profesores ofendidos, monjas ojo pláticas. Bibliotecas prohibiendo la entrada a la obra de Salinger mientras a pocas manzanas los estudiantes traficaban con ejemplares manoseados de la novela. "El guardián" debió de provocar alharacas y tensiones en las familias más tradicionales, y la curiosidad de los adolescentes de la época. No en vano, treinta años después de su publicación ostentaba a la vez el título de libro más prohibido y el segundo más estudiado en los institutos estadounidenses. ¿Será esa doble moral americana la que tanto disgustaba a Holden?
 
Pero hoy estamos curados de espanto. Ya nada nos escandaliza. La televisión nos bombardea con Super Nannies y Hermanos Mayores. Al lado de los protagonistas de estos realities, Houlden es un angelito.
 
El sexo sigue despertando la curiosidad de los jóvenes, pero los achuchones de Caulfield con sus conquistas en el asiento trasero de un taxi les debe parecer un juego de jardín de infancia. Y para qué hablar de una expulsión del colegio. Se deben reír los estudiantes de hoy del pobre Holden, expulsado por haber suspendido todas las asignaturas menos Lengua. ¿Lengua? ¿Eso qué es? ¿Cómo conocimiento del medio? ¿O Educación para la ciudadanía?
  
 
El libro deja, además, un sabor amargo. El protagonista no evoluciona: su depresión, su melancolía, se mantienen lineales de principio a fin y a mí eso, qué quieren que es diga, me aburre (o me perturba, y cuando leo, lo que quiero es disfrutar). Como me aburre también el lenguaje de Holden, terminando cada frase con un "y todo eso", o comenzándola con un "jo". Vale que está narrado en primera persona, vale que el lenguaje de un adolescente da para lo que da, pero por Dios, ¿no podría emplear alguna otra muletilla? ¡Creo que no pido demasiado! 
 
"El guardián" es una historia lineal, con una progresión que más bien parece una regresión (el pobre muchacho se empoza en su propia miseria y lo único que nos mantienen en vilo hasta el final es el deseo de cerciorarnos de que logra escapar del bucle de desesperación en que se encuentra) Lo bueno es que se lee de un tirón; lo malo, que no deja poso... al menos, a mis treinta y pocos tacos.
 
Post Data 1: Si leen el libro y no comprenden el título, busquen en Wikipedia la explicación a esa traducción literal que no logra captar el sentido metafórico que Salinger quiso darle.
 Post Data 2: Me gustan las post datas.
 

2 comentarios:

  1. Me gustó la nota. Esta novela es tan clásica como controversial. Holden Caulfield narra su desgarradora historia en primera persona con una voz cínica y llena de ironía.

    El final me resultó bastante anti-climático, pero la obra en general me gustó bastante. Sin duda alguna, uno de los libros más importantes del siglo XX.

    Realicé un reseña y análisis informal de la obra en mi blog. Si te interesa, te invito a leerlo y comentarme qué te parece:

    http://www.viajarleyendo451.blogspot.com.ar/2013/08/el-guardian-entre-el-centeno-el-eterno.html


    También, si querés podés seguirme en:

    https://www.facebook.com/sivoriluciano


    Subo notas de literatura, cine, humor y cultura en general.

    Muy buen blog! Saludos!!

    Luciano

    ResponderEliminar
  2. Hace poco me leí este libro, y al ser tan ligero he de decir que no tardé más de un día.
    Hay una cosa que comentas que me ha hecho reflexionar y es el tema de su rebeldía. Estoy de acuerdo contigo pero al leérmelo sí que debo afirmar que no sé cómo lo hace Salinger que, en pleno siglo XXI, Holden me sigue pareciendo rebelde. Quizá sea eso lo que hace especial a este libro.
    Un abrazo

    ResponderEliminar