miércoles, 29 de agosto de 2012

Invitación a un asesinato

Invitación a un asesinato.
Carmen Posadas, 2010
Una cita: Nadie va diciendo por ahí lo que verdaderamente piensa o siente. La hipocresía, o lo que es exactamente lo mismo, la buena educación, es un gran invento que sirve, sobre todo, para evitarnos el molesto espectáculo de los pensamientos ajenos.
Olivia Uriarte, miembro de la alta sociedad española, habitual del papel cuché, invita a un elenco de eclécticos personajes a pasar unos días a bordo de su yate, el Sparkling Cyanide, con el fin de celebrar su quinto divorcio. Sin embargo, una vez a bordo, Olivia desvela a los pasajeros el verdadero objetivo de su invitación: desea ser asesinada.






Invitación a un asesinato es un claro homenaje a las novelas de Agatha Christie. No en vano, la historia se divide en tres partes cuyos títulos coinciden con varias novelas de la inglesa: Cianuro Espumoso, Diez Negritos y Némesis. Sin embargo, la obra podría estructurarse únicamente en dos partes: una primera en que se nos dan a conocer las retorcidas intenciones de Olivia Uriarte y se presenta a los personajes, y una segunda narrada por su hermana Agatha en primera persona donde  intentará resolver el enigma.
Quien haya leído alguna vez una obra de Agatha Christie reconocerá que Invitación a un asesinato sigue el mismo esquema “de manual “ que Christie empleaba en sus novelas: la presentación de los personajes, la ejecución del  crimen, la exposición de motivos  de los diversos sospechosos y la resolución del misterio uniendo las piezas del puzle que acaban dando sentido a la historia.



Si la primera parte de la novela puede resultar un poco lenta o insustancial, en la segunda parte la narradora (Agatha) consigue erigirse como uno de esos antihéroes que se hace con el favor del lector y ofrece una lectura ágil y entretenida. Agatha es divertida, incisiva, y pone de relieve las diferencias sociales entre ella y su hermana con un acertado e irónico sentido del humor. Este personaje que sabe reírse de sí mismo, con el que es inevitable empatizar, es además el único que experimenta una evolución a lo largo de la historia. Y es que Invitación a un asesinato es una obra de entretenimiento, una opción sencilla, algo simplona quizás, para pasar un día de playa o de piscina, una novela sin mayores pretensiones, algo de agradecer después de mi lectura anterior.


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