Título original: Zomerhuis met zwembad
Autor: Herman Koch (Arnhem - Holanda - 1953)
Marc Schlosser es un prestigioso médico de cabecera que confiesa ejercer su profesión con un alto grado de cinismo. Su vida de burgués acomodado da un giro inesperado cuando llega a su consulta Ralph Meier, un famoso actor holandés que lo invitará a veranear en su casa con piscina. Pese a las reticencias iniciales de su esposa, Marc aceptará la invitación y las familias de ambos, con sus hijos adolescentes, compartirán unos días en los que sus vidas se verán marcadas para siempre.
Después de La fiesta del Chivo, me costó engancharme a esta novela. El cinismo inicial de un médico que no es honesto con sus pacientes no me parecía suficiente hilo argumental. Sin embargo, poco a poco el autor va creando un clima de thriller psicológico en el que el lector se mantiene alerta porque cada personaje pasa a ser sospechoso. Mi impresión es la de que el autor despierta nuestro institnto de supervivencia y así logra mantenernos despiertos, atentos a cada pista que puede ser fundamental.
Leí en una entrevista que Herman Koch había comenzado la novela con la única idea de tener como protagonista a un médico que se siente humillado por sus pacientes, todos ellos artistas arrogantes. Cuando ya había empezado a escribir, salió en prensa la noticia sobre la detención de Roman Polanski en Suiza por sus relaciones con una menor. Koch pensó entonces que este tema podría dar mucho juego en una novela. Estas declaraciones del autor me encajan perfectamente con la impresión que he tenido de Casa de verano con piscina: en un determinado momento, el argumento parece dar un giro de ciento ochenta grados y la obra pasa de ser algo asimilable a una tediosa película de sobremesa a transformarse en un inquietante thriller psicológico.
Koch trata las relaciones sociales, las relaciones de pareja, y las de padres e hijos con acidez y ojo crítico. Ahonda en temas incómodos, políticamente incorrectos, en los prejuicios, en la moral, y lo hace sin juzgar, como un mero espectador, ofreciendo al lector la posiblidad de sacar sus propias conclusiones. La infidelidad y la pederastia son temas principales que flotan en el ambiente y consiguen crear zozobra y desazón en el lector.
El holandés utiliza un estilo muy directo, con un lenguaje demasiado explícito a veces, sin tapujos, seguramente porque su intención es ofrecer la realidad tal como es, sin tabués ni medias tintas, sin delicadeza, en toda su crudeza. Koch ofrece en esta novela de ritmo desigual, llena de altibajos, una imagen despiadada del género humano, donde el instinto de venganza prevalece por encima del perdón.
Lo tengo esperando porque me llamó la atención el título pero no había leído ninguna reseña sobre él y me daba un poco de miedo empezarlo. Ahora sé que mi intuición fue buena. Gran reseña.
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